Estamos educados para luchar, para vivir en el miedo, en la mediocridad, en el conformismo, la culpa, el victimismo, la carencia y el malestar. Y no solo eso, si no que inconscientemente nos da miedo el éxito, porque ser exitoso supone una deslealtad familiar y podemos ser excluidos del sistema y por lo tanto “morir” simbólicamente.
Todo ésto hace que ni siquiera nos planteemos salir de esas situaciones que nos ha tocado vivir, nos quedamos ahí conformados, aceptando la situación.
Está muy bien aceptar lo que nos pasa, y abrazarlo con amor, pero ¿te da tranquilidad, autoestima y bienestar?.
A cada uno le toca vivir lo que tiene en su inconsciente: mujeres que no se quedan embarazadas, personas que no son capaces de establecer un vínculo sano con su pareja, personas que se pasan la vida trabajando para no tener dinero, personas con adicciones, personas que no encuentran su lugar, personas que no son capaces de tener amistades saludables, personas con baja autoestima, personas estancadas en una relación de pareja de la que no pueden salir, personas sin trabajo o un trabajo que odian, personas que desconfían de sí mismas, personas enfermas y resignadas con la enfermedad, etc.
No estamos hablando de metafísica, estamos hablando de biología . La mente inconsciente va a almacenar la información necesaria para mantenernos con vida, toda esa información que en algún momento fue necesaria para sobrevivir. Y no solo la va a almacenar, si no que se va a proyectar en nuestra con la intención de protegernos de un peligro aprendido en el pasado.
Todo es energía y por tanto vibración que atrae a esas energías de la misma frecuencia vibratoria en forma de personas y situaciones. Si la energía es densa, atraeremos situaciones difíciles de esfuerzo y sacrificio, viviendo situaciones que nos conflictúan. En cambio si la energía es más ligera atraeremos situaciones más fáciles y placenteras.
Ahí está el éxito, en nuestra mente inconsciente. Podemos decidir conscientemente y hacer acciones para resolver un problema pero seguramente vamos a volver al mismo sitio después de haber hecho muchos esfuerzos para salir de ahí.
Si alguna situación nos conflictúa es cuestión de comprometernos con nosotros mismos y disciplinarnos para cambiar el inconsciente mediante la toma de consciencia y la resignificación de los programas limitantes almacenados. No viviremos en plenitud hasta que no liberemos al inconsciente de estos programas de supervivencia.
Por lo tanto, el amor hacia nosotros mismos es la única fuente de sanación, que es la energía de mayor vibración.
No somos carencia, somos abundancia y merecemos vivir plenamente y sentirnos en paz así.
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